31 de octubre de 2010

Vibración y sonido


lo siguiente es de Joachim-Ernst Berendt, de su maravilloso libro Das Dritte Orh ( El tercer oído)

la traducción desde el italiano es mía.


El mundo es sonido. Nada Brahman significa justamente eso, no que el mundo es vibración. Entonces para ser más preciso: de un punto de vista físico existen miles de millones de vibraciones posibles. Pero, como han demostrado los estudios sobre los fundamentos de los armónicos, como han demostrado Hans Kayser, Rudolf Haase y muchos otros, el cosmos, el universo, la naturaleza, tienen la tendencia a elegir, entre estos miles de millones de posibilidades, las pocas miles que producen un sentido armónico, es decir musical: las proporciones integrales de la serie de armónicos, de la escala mayor y más raramente de la menor, de ciertas escalas de la música gregoriana e hindu, la polaridad d 1:2 de la octava, etc.

Es importante tener en cuenta que las proporciones ahora mencionadas, por cuanto parezcan numerosas a una primera observación, representan en realidad sólo una mínima parte de la incalculable abundancia de manifestaciones que es posible imaginar en el concepto de “vibración". Estas proporciones no las elige sólo el ser humano para su música y su arte; las elige la naturaleza: para las órbitas de los planetas y las formas de las hojas y los cristales, para las relaciones en el sistema periódico de los elementos, para las formas del cuerpo animal y del cuerpo humano, para la cuantización en el núcleo del átomo, para los spins de los electrones, para las proporciones del ADN que guardan nuestro código genético, para los mensajes de los pulsar que distan millones de años luz, para los vientos solares y el magnetismo terrestre, y así diciendo.

En otras palabras: no cada número representa un valor tonal, sino cada valor tonal representa un número. En la gran mayoría de los casos la naturaleza prefiere los números que representan contemporáneamente los números tonales, es decir prefiere no los número, sino los valores tonales. La naturaleza quiere el sonido, insiste sobre el sonido.

LA INMANENCIA DEL SONIDO

La relación en la que el universo decide a favor de proporciones significativas de un punto de vista sonoro es de uno a un millón, una relación que, hasta en la generosa (y para nada científica) interpretación del concepto de la casualidad, propia de la ciencia positivista, no se puede interpretar como una casualidad. Por ende, quien utiliza en este contexto la palabra vibración piensa de manera imprecisa. El término es demasiado impreciso para poder designar las vibraciones que interesan el universo, que nos son vibraciones cualquieras, sino sonidos. No números sino valores tonales.

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